Ramadán 2022 y cómo afectará el coronavirus al culto

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Este año – al igual que en el 2020 – el Ramadán se celebra en todo el mundo bajo unas circunstancias excepcionales debido a la pandemia causada por la propagación del virus COVID-19. En este artículo te recordamos cómo afectarán las restricciones sociales y de movimiento a la celebración de esta sagrada celebración islámica.

Como es ampliamente conocido, el ayuno es uno de los cinco pilares del Islam y, durante el Ramadán – que este año comienza el atardecer del 13 de abril y finaliza el 12 de mayo – los musulmanes deben ayunar desde el amanecer hasta la puesta de sol. De hecho, los musulmanes no pueden suspender este culto a menos que una fatwa de la Sharia sea emitida por uno de los más altos institutos islámicos del mundo musulmán.

Debido a que el coronavirus ha seguido propagándose por la gran mayoría de países durante todo el año pasado y el actual, hemos ido sufriendo medidas de confinamiento y distanciamiento social. Por eso, muchos musulmanes se preguntan de qué forma podrá afectar esto a los rituales habituales del Ramadán.

 

¿Es aconsejable ayunar durante la pandemia de coronavirus? 

Tras los estudios recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), beber agua y hacer gárgaras es beneficioso para la hidratación del cuerpo y mantener la humedad, sin embargo, no está probado que estas prácticas puedan prevenir o proteger a alguien de contraer el coronavirus, por lo que el ayuno sigue siendo de obligado cumplimiento para la comunidad musulmana.

 

 Exención del ayuno para infectados

Sin embargo, está permitido no ayunar si el estado de salud de un paciente infectado por el coronavirus es crítico y su médico le aconseja no ayunar porque necesita seguir bebiendo agua y tomando medicinas.

 

 ¿A qué actividades puede afectar?

Los musulmanes de todo el mundo podrán celebrar el culto islámico en las mezquitas, ahora abiertas, pero con las precauciones y medidas de bioseguridad por la pandemia de Covid-19.

Por eso, este año se deben evitar las aglomeraciones y las reuniones masivas, y se recomienda a los fieles reducir al máximo posible el tiempo de permanencia en los lugares de culto. Además, es imprescindible guardar las distancias de seguridad y hacer uso de las mascarillas.

 

La oración en las mezquitas

Se desaconseja realizar el iftar – la comida nocturna con la que se rompe el ayuno – en la mezquita, a fin de evitar aglomeraciones y riesgos de contagio.

Muchas mezquitas cerrarán cada día tras el último rezo previo a la ruptura del ayuno.

En los casos en los que existe toque de queda y no diera tiempo a efectuar los rezos y regresar al domicilio, se deberá realizar el ‘tarawih’ en familia en el domicilio, y no en la mezquita o lugar habilitado.

 

Organización de las  comidas de  Iftar

Algunas mezquitas y organizaciones benéficas organizan comidas rápidas en grupo  como ruptura del ayuno. Estas comidas de Iftar, se comparten con los más necesitados y con amigos de todas las religiones, pero este año cabe esperar que no puedan realizarse de la forma habitual.

 

La práctica del ayuno no se ve afectada

La práctica del ayuno en Ramadán depende totalmente de cada persona y no depende de la apertura de mezquitas por lo que salvo que existan razones de fuerza mayor o se trate  de personas en riesgo de enfermedad, embarazadas o  en periodo de lactancia, la realización del ayuno no tendría por qué estar exento. En este caso es recomendable exponer cada situación personal con el médico y con las autoridades religiosas autorizadas.

 

Ramadán, dar y compartir

Durante estos meses no solo el Ramadán se verá afectado por la nueva realidad global, sino que las celebraciones de la mayoría de las grandes religiones del mundo, como la misa de Pascua, los seders de Pascua, el Rama Navami hindú o las festividades sijs de Vaisakhi se han visto afectados por las restricciones sociales y de agrupamiento a nivel mundial.

Pero  desde Moneytrans creemos que precisamente en estos momentos debemos tomarlos como  una oportunidad para  reflexionar sobre  lo que es importante en la vida, y ayudar a otras personas de cualquier manera que podamos.

El Ramadán es además un mes para dar y compartir, así que es importante que todos nos unamos en este difícil momento y cuidemos de todas nuestras comunidades que hacen de nuestra diversa sociedad la mayor fortaleza de nuestro mundo, ¿cómo? Podemos ayudar donando a los bancos de alimentos, apoyando a los negocios locales o controlando a nuestros vecinos.

 

Cada país musulmán tiene sus propias tradiciones y formas de festejar el Ramadán, pero los 1.800 millones de fieles – incluso los que viven en países occidentales – tendrán la oportunidad de celebrar su culto en un ambiente menos hostil, pero con las precauciones ante el Covid-19.

 


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